Fragmentos #3. "Ojos de agua"

DOMINGO VILLAR

Estévez señaló una sepultura excavada en la tierra.
El inspector leyó el epitafio grabado en el mármol que la cubría: "Aquí descansa Andrés Lema Couto, muerto el 23 de julio en la misma mar que me lo devolvió para darle sepultura el 4 de agosto de 1981. Tu agradecida esposa estará siempre contigo".
- ¿Le agradece al mar que se llevase a su marido?- preguntó el agente.
- No, le agradece que se lo devolviera.
- Pero si se lo ha devuelto muerto-replicó incrédulo Estévez.
- La gente de la mar conoce el riesgo, Rafa. Todos saben que se puede morir cualquier día. El desasosiego no lo produce la muerte, lo produce el no tener cuerpo que enterrar. Cuando un barco se hunde y los ahogados no salen a la superficie, las familias se quedan en tierra llorando fantasmas. La esposa de este hombre tiene a su marido, lo tiene aunque sea aquí, en el cementerio. Las mujeres de los desaparecidos, no. Se convierten en viudas blancas que miran a la mar cada mañana preguntándole por los suyos. Y así un día tras otro, sin encontrar respuesta.
- Visto de esa manera...

3 comentarios:

  1. ¡Me alegro de que publiques ese fragmento! Me gustó mucho cuando lo leí; no conocía la expresión viudas blancas. En ASturias, en las cuencas mineras serían viudad negras -cuando los maridos quedan enterrados dentro de la mina. También ellos, como los pescadores, conocen el riesgo.

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  2. Si, me gustó mucho este fragmento porque refleja muy bien la realidad.
    Nosotros conocemos más de un caso de marineros que salieron y ya no volvieron (sin ir más lejos, yo salí una temporada con un chico que era Patrón de Pesca del buque "Arosa" cuando se hundió allá por el año 2000. Al menos él apareció y pudo ser enterrado, pero creo que siete nunca fueron encontrados). El problema de la viuda, cuando el cadáver no aparece es realmente serio. Creo que La Administración anticipa subvenciones a las familias si no han tenido noticias de ellos en 90 días, pero si no me equivoco el Código Civil no declara fallecido al desaparecido hasta que pasan cinco años sin dejar rastro. Y mientras tanto ¿qué es su mujer? ¿Una "casi viuda"?
    Durísimo de verdad.

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  3. ES un fragmento que refleja muy bien el sufrimiento de una viuda a la que el mar le ha quitado el marido.

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